enero 22, 2014

Asteroides

Miré el reloj en mi muñeca, faltaba un minuto para que fueran las 9:15 de la noche. Como tantas otras veces miré al cielo buscando la Luna y una que otra estrella luminosa que siempre acertaba en aparecer. Estaba en eso cuando de pronto una luz se movía como llevada por la fría brisa de esa noche; inmediatamente reparé en la imposibilidad de esa idea porque a semejante altura no podía bailar con el viento. Pensé también en un avión: no era tan descabellado, salvo porque el objeto carecía de luces intermitentes. Finalmente llegué a la misma conclusión de siempre: cerré los ojos y pedí un deseo a aquella estrella que paseaba en el cielo por última vez antes de morir.

enero 19, 2014

Explicación

Tenías razón, mi blog ya tiene telarañas. Es curioso como de repente me alegas que hace mucho tiempo no escribo, principalmente porque pienso que este rinconcito no es tan visitado; una vez más tengo que tragarme mis palabras y desvanecer mis pensamientos.
Antes escribía acá como terapia, como desahogo. Como catarsis. Escribía cuando tenía problemas, cuanto tenía ganas de mandar todo a la mierda, cuando me cegaba y no encontraba salida alguna. La explicación de porqué estaba botado mi blog puede tener ahí su respuesta: no necesito escribir porque me he sentido feliz, pleno. Porque cuando uno encuentra su reflejo en los ojos de otra persona no hay necesidad de terapias, catarsis ni desahogos. Pero pensándolo bien, no hay que tocar fondo para retomar la escritura. También se puede escribir para contar lo feliz que estoy, lo bien que lo paso contigo, la paz que encuentro al escucharte soñar...

Sólo es cosa de voluntad (y a veces, tiempo).