junio 03, 2010

Una lección en COLORES

En el invierno (que ya se aproxima) todo parece tornarse más gris, deslavado. Una buena oportunidad para disfrutar de un arco iris o una puesta de sol en medio de la ciudad. Un ejercicio de nostalgis quizás. Lo cierto es que la lluvia finalmente logra hacerse presente. El paisaje alrededor se torna grisáceo y los colores débiles nos llenan de melancolía. Todo parece aburrido. Lánguido. Los buses, los bares, las calles...

Y es que el color nos estimula, especialmente aquellos colores más vívidos como los del arco iris, los de una puesta de sol sea en el mar o en algún punto de la capital.

Y más aún, el número 3 es mágico; si se piensa un poco, notarás que el número 3 es casi ávido en el contexto del color. Hay 3 colores primarios, hay 3 luces en cada píxel de la pantalla, hay 3 controles de color en la TV (color, brillo y contraste)... el universo cromático es como el universo en que nos movemos: en 3 dimensiones, y eso sin jamás saber la profunda huella que dejó sobre nuestro colorido universo. Pues un poco gracias a eso, podemos seguir disfrutando del color, sin importar la bruma, el hastío o la fomedad que se respira más allá de nuestra ventana.