No, el título de esta entrada no se refiere al abuso policial, a las protestas o a alguna recomendación de Aministía Internacional. No. Se refiere a la despedida de hoy en el aeropuerto. Odio las despedidas, siempre me dan pena y terminan rodando lágrimas por las mejillas.
Pero tengo tu olor con el que podré dormir cada noche y conciliar los sueños. Sería perfecto también si en el perfume que nos trae el crepúsculo pudieras venir.
Buen viaje!