No me has preguntado si me da igual o no. Te escribo y soy testigo de lo que se pierde y voy a acostumbrarme aunque me cueste. Dame al menos un tiempo y que respire, no es un arte fácil prometer. Dame al menos el tiempo de despedirme. Porque en un mundo que va a la velocidad del rayo aguanto el vuelo más si me agarro de tu mano, acompáñame hasta donde pueda llegar. En este mundo que va como la luz del pensamiento el mérito está en no quedarme en el intento, y aunque no lo quiera que duda cabe ya, que este mundo va...